El placer en pareja, más allá del sexo
Cuando escuchamos la palabra "placer" en el contexto de una pareja, automáticamente lo asociamos con temas eróticos o sexuales. Gran parte de esta asociación proviene de lo que aprendimos en casa y de las asociaciones positivas o negativas que fuimos creando en torno al tema. Sin embargo, es curioso que, al llegar a una edad en la que comenzamos a experimentar el placer relacionado con lo sexual o erótico, nos centramos en el placer físico, dejando de lado el placer mental.
¿De qué se trata este tipo de placer? Por ejemplo, en pareja, algunos de los placeres que compartimos son comer, reír, viajar y, sobre todo, la intimidad. Pero ¿qué sucede cuando creemos que el placer a través de la intimidad solamente se experimenta en las relaciones sexuales? En este texto, te contaré un poco sobre dinámicas personales y de pareja que nos ayudan a conectar con el placer más allá del sexo.
En primer lugar, la falsa creencia de que el placer en una interacción sexual proviene únicamente de la estimulación de los órganos sexuales nos limita en el uso de la creatividad para conectarnos a través de otros sentidos, a veces más profundos. Es cierto que la estimulación de los órganos sexuales resulta placentera, y ese sería el camino más fácil en todos los casos. Sin embargo, existe otro órgano sexual igualmente importante, si no más, en ambos sexos: el cerebro.
La mente funciona de manera extraordinaria y cada reacción corporal tiene un propósito. La excitación, tanto en personas con pene como en personas con vulva, genera reacciones físicas (como la lubricación y la erección) que contribuyen a que la interacción sea más placentera. Sin embargo, para alcanzar la excitación corporal, primero debe haber una estimulación mental, comenzando por el "deseo" y la "fantasía", donde se anticipa que ocurrirá algo placentero. Esta expectativa da lugar a dinámicas de seducción y juego, lo que comúnmente se conoce como "Juego Previo".
Entonces, hasta ahora entendemos que la excitación puede venir de la interacción con otra persona, pero ¿qué pasa con cómo nos percibimos a nosotros mismos? Si mantenemos una relación negativa con nuestro cuerpo y constantemente generamos expectativas sobre nuestro desempeño sexual, seguramente existirá una limitación al dar y recibir placer. Por eso, parte de la estimulación mental para conectar con nuestro placer viene de trabajar en la validación y la autoestima. Esto implica evitar compararnos con otras personas o con ideas preconcebidas que hemos escuchado. Lo más importante es reconocer que merecemos el placer. De esta manera, creamos una relación más saludable con nuestra sexualidad y, después de esto, es más fácil compartirlo con otra persona.
Ahora si, después de haber establecido una dinámica seductora en pareja y una validación sexual interna, llega el momento de la interacción sexual. Es importante recordar que este espacio no necesariamente tiene que involucrar la penetración. De esta manera, podemos encontrar la intimidad de formas creativas al añadir prácticas y accesorios, o al conectar con nuestros sentidos. Esto nos permitirá desarrollar confianza para compartir el espacio, la desnudez, el intercambio de palabras y el tacto entre cuerpos. Por lo tanto, experimentaremos el placer desde una perspectiva diferente.
Ahora si, después de que ya existe una dinámica seductora en pareja y una validación sexual interna, llega el momento de la interacción sexual. Es importante recordar que este espacio no necesariamente tiene que involucrar la penetración. De esta manera podremos encontrar intimidad de formas creativas agregando prácticas, accesorios, o conectando con los sentidos, Esto nos permitirá desarrollar confianza para compartir el espacio, la desnudez, el intercambio de palabras y el tacto entre cuerpos para vivir el placer desde una perspectiva diferente.